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Day: October 17, 2014

Siguiendo los pasos de Amaia Salazar en la Trilogía del Baztán III

Siguiendo los pasos de Amaia Salazar en la Trilogía del Baztán III

Una nueva entrega de mi visita a Elizondo para ver los sitios que aparecen en la trilogía del Baztán escrita por Dolores Redondo.

Dice en El guardián invisible:

Amaia llegó a la plaza sintiendo el viento entre los pliegues de su bufanda mientras observaba la explanada demasiado iluminada, que, sin embargo, no poseía hoy ni la mitad del encanto que debió de tener en el siglo pasado, cuando sobre todo se usaba para jugar a pelota.

Plaza de Elizondo

Se acercó al ayuntamiento, un noble edificio de finales del siglo XVII que a Juan de Arozamena, un famoso cantero de Elizondo, le llevó dos años construir.

Ayuntamiento de Elizondo

En la fachada, el eterno escudo ajedrezado, con una inscripción que dice “Valle y Universidad del Baztán”, y, frente al edificio, en la parte inferior izquierda de la fachada, una piedra llamada botil harri que servía para el juego de la pelota, en su modalidad de guante conocido como laxoa.

Botil Harri, Elizondo

Sacó una mano del bolsillo y casi ceremonialmente tocó la piedra, sintiendo como el frío subía por su mano. Amaia trató de imaginarse la plaza a finales del siglo XVII, cuando la laxoa era el juego de pelota dominante en Euskal Herria. Se jugaba en equipos de cuatro jugadores, que se enfrentaban cara a cara al modo del tenis, aunque sin una red que separase los campos. Los pelotaris utilizaban un guante, o laxoa, para lanzarse la pelota entre sí. En el siglo XIX este juego iría cayendo en desuso a medida que fueron naciendo nuevas especialidades dentro de la pelota vasca. Aun así, recordaba haber oído contar a su padre que uno de sus abuelos había sido un gran aficionado que llegó a labrarse una reputación como guantero debido a la calidad de las piezas que él mismo cosía a mano usando cueros que también él curaba y curtía.

Botil Harri, Elizondo

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