Este fin de semana he estado en el Monasterio de Piedra…
El plan fue llegar el viernes y salir del domingo. Nos alojarnos allí, en el hotel del Monasterio…
Tanto los alrededores como el hotel en sí valen la pena. Son realmente espectaculares y es fácil imaginar la vida de los monjes en un lugar así…
Los monjes cistercienses que fundaron el Monasterio, y que vivieron en él, eran monjes de clausura y la verdad es que hay algo que te hace vivir tranquilo, reflexionar, descansar…
El claustro gótico del Monasterio de Piedra es precioso… Pasear por él cuando ya es de noche es un lujo que no está al alcance de cualquiera todos los días…
Hay un recepcionista en el hotel que es muy majo, muy atento y te organiza perfectamente la estancia…
Llegamos el viernes por la noche y nos sugirió un paseo, puesto que ya estaba cerrando todo.
Al estar alojados en el hotel, tienes libre acceso al parque natural y al monasterio así que nos sugirió que el sábado, desayunáramos tranquilamente y fuéramos a ver la exhibición de aves rapaces en el parque.
La exhibición está muy bien… Unas cetreras te hablan acerca de la vida y costumbres de este tipo de aves, ¡además de verlas en acción! Verlas venir volando desde lejos o que te vuelen por encima de la cabeza es algo inolvidable.
Lo peor, como siempre, la gente… Que llega tarde y que no se están sentados y quietos… Pero bueno… Los humanos somos así…
El parque natural tiene una ruta marcada que está fenomenal… Tardas unas dos horas o dos horas y poco en hacer el recorrido. También hay un recorrido adicional… Está muy bien hacer éste recorrido corto por la mañana, como hicimos nosotros… Porque así lo ves y no te lo dejas para cuando haces el recorrido largo, que ya vas cansado.
Después de volver a ver a las aves, el calor ya apretaba, y como nuestra entrada, al estar alojados nos permitía entrar y salir varias veces (cosa que la entrada normal no permite), seguimos el consejo del recepcionista y nos fuimos a la piscina del hotel…
Era el momento de descansar, refrescarse y huír de la masificación del parque… ¡La piscina estaba vacía! En un momento hubo una pareja más… y luego un familia de franceses que bajaron después de comer… Pero vamos, un lujo…
Sobre las cinco, siguiendo el consejo del recepcionista, hicimos la visita guiada del Monasterio…
El Claustro, la Sala Capitular, altares barrocos, cripta y pasadizo de los conversos… Bodega, sala de carruajes, la cocina del convento (primera cocina de los Monasterios de Europa donde se cocinó el chocolate), refectorio, lavatorio y calefactorio.
Una vez hecha la visita el sol ya ha bajado, ya no calienta tanto… ¡Y no hay tanta gente! ¡Es la hora del parque!
El parque nos ofrece una de las experiencias más gratificantes que se pueden encontrar en la naturaleza.
Caminos entre densos bosques de ribera…
Y multitud de cascadas y saltos de agua… donde menos te lo esperas… ¡Y a cuál más bonita!
La visita se realiza a través de un recorrido señalizado con flechas de colores: rojas para visitar, azules para salir y verdes para descansar.
El río Piedra, cuyo nacimiento no está muy lejos, ha ido jugando y erosionando el terreno dando lugar a esta multitud de riachuelos, saltos, quiebros en su camino… Pero también, debido al tipo de suelo, ha ido formando unas grutas preciosas…
Todos esos arroyos confluyen y se lanzan desde una altura de 50 metros en la Cascada Cola de Caballo.
Hay varios miradores para apreciar este bello salto del agua.
Y una de las cosas más espectaculares de la visita es la Gruta Iris, que está detrás de la Cascada Cola de Caballo…
En fin… Hay más cosas… La piscifactoría, el Lago Espejo, la Peña del Diablo, cascadas y cascadas… ¡Pero hay que verlas!
Me ha encantado el fin de semana… He descansado… He desconectado… ¡Y he visto cosas únicas!
Altamente recomendable todo… ¡Ah! Y haced caso al recepcionista que te hace el plan a medida… Escuché cómo le organizaba el tiempo a otra pareja y muy bien!!