On Tour 1968 – 2005. La biografía autorizada de Bruce Springsteen por Dave Marsh
Junto con el disco Magic, ha salido a la venta la traducción al castellano del libro On Tour 1968 – 2005 de Dave Marsh, un crítico de música que ha trabajado en varias publicaciones como Newsday o la revista Rolling Stone. Casado con Barbara Carr, una de los managers de Bruce Springsteen, Dave Marsh ha tenido acceso a Bruce hasta entablar una amistad que le ha llevado a ser, casi, el biógrafo oficial… y a escribir cuatro libros sobre Bruce Springsteen.
Éste On Tour es una edición lujosísima, con unas fotografías espectaculares, cedidas algunas por el propio Bruce, y presume de ser la biografía definitiva autorizada. Creo que hará un repaso a todas las actuaciones, a todas las giras y contará los entresijos desde los conciertos más sencillos en pequeños locales hasta las megagiras actuales… Mostrando una evolución, tanto de la música, de las canciones y del propio Bruce hasta el 2005.
Lástima que no incluye la gira con la Seeger Sessions Band… Pero bueno… Ese será el quinto libro!! 😉
Os voy a reproducir el comienzo de la introducción:
Bruce Springsteen no es un nombre. Es un verbo.
Pero es que música también lo es.
La palabra “música”, es un sustantivo, una cosa, aunque sea intangible y sumamente difícil de definir en tanto que objeto. El problema está en el lenguaje. La música no es simplemente algo que está ahí: la guitarra o el disco compacto no son música. La música es una acción. Y una acción es un verbo.
Desde este punto de vista, todas las actividades relacionadas con la música también forman parte de ella: bailar, escuchar, trabajar, tocar, besar, contemplar. La “música de fondo” no existe. La música es sonido que captura el espacio y el tiempo presente, nos ayuda a organizarlo, a amenizarlo mientras conducimos, o a darle sentido. Si no tiene ese efecto, entonces no es música, es el barullo de la vida cotidiana.
Actualmente, Bruce Springsteen es un padre de mediana edad, tiene tres hijos y la mayor parte del año vive tranquilo en el estado de Nueva Jersey. Este Bruce Springsteen es el anti Ozzy Osbourne, pero tampoco es ningún santo. Bruce Springsteen, el hombre, es un nombre. Algo que se puede tocar.
En cambio, el Bruce Springsteen que interesa a la gente es un verbo; una acción etiquetada como “Bruce Springsteen” (que podría encontrarse en un diccionario ideológico exhaustivo como una acepción específica del verbo “música”). Se sabe que cuando hombres y mujeres adultos están inmersos en la actividad conocida como “Bruce Springsteen”, ponen los ojos en blanco y emiten un potente rugido, así: “BRUUUUUCE!”(…) Esto forma parte de la actividad musical; más o menos, como bailar, aunque el bailoteo extenuante de verdad tiene lugar en el esenario, no entre el público.
Tras sus dos horas de actuación, pensé: “¿Puede alguien ser tan bueno para comunicarme tanto? ¿Aún puede hablar el rock’n’roll con tanta fuerza y grandeza?” Noté los muslos doloridos, los había estado golpeando al ritmo de la música todo el concierto, y supe que la respuesta era sí.
JON LANDAU.