Discurso de Bruce Springsteen en el funeral de Clarence Clemons
Hoy han colgado en la página web de Bruce Springsteen, el discurso que dijo Bruce en el funeral de Clarence Clemons. Es muy largo, pero he intentado traducirlo. Aquí va:
PARA BIG MAN:
He estado sentado aquí escuchando hablar a todos acerca de Clarence y mirando esa foto de nosotros dos. Es una imagen de Scooter y Big Man, a veces éramos ellos. Como se puede ver en esta foto en particular, Clarence está admirando sus músculos y yo estoy fingiendo ser indiferente mientras me apoyo en él. Me apoyé en Clarence mucho, hice una carrera gracias a esto.
Aquellos de nosotros que compartimos la vida de Clarence, compartimos con él su amor y su confusión. A pesar de que “C” se suavizó con la edad, siempre ha sido salvaje e impredecible. Hoy veo a sus hijos Nicky, Chuck, Christopher y Jarod sentados aquí y veo en ellos el reflejo de un montón de cualidades de “C”. Veo su luz, su oscuridad, su dulzura, su rudeza, su dulzura, su rabia, su brillantez, su hermosura y su bondad. Pero, como vosotros sabéis, chicos, papá no era un día en la playa. “C” vivió una vida donde él hizo lo que quería hacer y que dejaba que las fichas, humanas y de cualquier tipo cayeran donde fuera. Al igual que muchos de nosotros, vuestro papá fue capaz de hacer cosas mágicas y también de hacer de todo un lío increíble. Esta fue la naturaleza de vuestro padre y mi hermoso amigo. El amor incondicional de Clarence, que era muy real, venía con un montón de condiciones. Vuestro papá era un gran proyecto pero siempre estaba en construcción. “C” nunca se acercó a nada linealmente, su vida nunca fue en línea recta. Nunca fue A… B… C… D. Siempre fue A… J… C… Z… P… I…! Esa fue la forma en que Clarence vivió e hizo su camino en el mundo. Sé que puede dar lugar a mucha confusión y dolor, pero vuestro padre también llevaba un montón de amor con él, y sé que él amaba a cada uno de vosotros muchísimo.
Se necesitó todo un pueblo para cuidar de Clarence Clemons. Tina, me alegro de que estés aquí. Gracias por cuidar de mi amigo, por amarle. Victoria, has sido un tipo de amante, confidente, la mujer para cuidar a Clarence y marcaste una enorme diferencia en su vida en un momento cuando las cosas no eran fáciles. A toda la gran red de apoyo de “C”, vuestros nombres son demasiado numerosos para mencionarlos, sabéis quiénes sois y os damos gracias. Vuestras recompensas os esperan en las puertas del cielo. Mi amigo era algo difícil, pero él trajo cosas a su vida que eran únicas y cuando encendía la llama del amor, iluminaba vuestro mundo. Yo tuve la suerte de estar en esa luz por casi 40 años, cerca del corazón de Clarence, en el Templo del Alma.
Así que un poco de historia: desde los primeros días, cuando Clarence y yo viajábamos juntos, estábamos en alojamientos de una noche y en cuestión de minutos “C” transformaba su habitación en un mundo propio. Sacaba pañuelos de colores con los que cubría las lámparas, las velas aromáticas, incienso, el aceite de pachulí, las hierbas, la música, el día era expulsado, el entretenimiento viene y va y Clarence el chamán reinaría y trabajaría su magia, noche tras noche. La capacidad para disfrutar de Clarence fue increíble. A los 69 años, había tenido una buena carrera, porque ya había vivido cerca de 10 vidas, 690 años de la vida de un hombre común y corriente. Cada noche, en cada lugar, la magia salía volando de la maleta de “C”. Tan pronto como el éxito lo permitió, su camerino se convertío en una muestra de mundo igual que la habitación de su hotel en la que una visita podría sentirse como en un viaje a un país soberano que acababa de descubrir enormes reservas de petróleo. “C” siempre supo cómo vivir. Mucho antes de que el Príncipe estuviera fuera de los pañales, un aire de misticismo obsceno gobernaba en el mundo de Big Man. Yo vagaba en mi camerino, que tenía varios sofás muy majos y algunos armarios de atletismo, y me preguntaba qué estaba haciendo mal! En algún lugar del camino, todo esto fue bautizado como el Templo del Alma, y “C”, presidía sonriendo todos sus secretos y sus placeres. Ser admitido a las maravillas del Templo era una cosa hermosa.
Cuando era niño, mi hijo Sam quedó encantado con el Big Man … no es de extrañar. Para un niño, Clarence era una figura imponente de cuento de hadas, de algunos libros de cuentos muy exóticos. Era un gigante con rastas, con las manos grandes y una voz profunda y melodiosa, azucarada con amabilidad y respeto. Y con Sammy, que era un niño un poco blanquito, fue profunda y misteriosamente negro. A los ojos de Sammy, “C” debió haber parecido como todos los del continente africano, con un aire americano fresco, todo en una sola acogedora y amante figura. Así que… Sammy decidió pasar de mis camisetas de mi trabajo y se sintió fascinado por los trajes de Clarence y sus ropas reales. No quiso un asiento en la camioneta de papá y optó por la limusina de “C”, sentado a su lado en el crucero lento del show. Decidió que no iba a comer en frente de la taquilla de atletismo y se paseaba por el pasillo hasta desaparecer en el Templo del Alma.
Por supuesto, también encantado estaba el padre de Sam, desde la primera vez que vi a mi amigo caminando entre las sombras de un bar medio vacío en Asbury Park, una puerta que se abre, y aquí viene mi hermano, aquí viene mi hombre del saxo, mi inspiración, mi compañero, mi amigo de toda la vida. Estar de pie junto a Clarence era como estar al lado del más malote de todo el planeta. Te sentías orgulloso, eras fuerte, estabas muy emocionado y riéndote con lo que podría suceder, con todo eso junto, podrías ser capaz de hacer cualquier cosa. Te sentías como si no importara lo que el día o la noche trajera, nada te iba a tocar. Clarence podría ser frágil, pero también emanaba poder y seguridad, y de alguna manera divertida nos convertimos en protectores uno del otro, creo que tal vez protegí a “C”, de un mundo donde todavía no era tan fácil ser grande y negro. El racismo estaba siempre presente y con los años juntos, lo hemos visto. La celebridad de Clarence y el tamaño no lo hacía inmune.
Pienso que tal vez “C”, me protegió de un mundo donde no siempre fue tan fácil ser un chico blanco inseguro, raro y flaco tampoco. Pero, de pie juntos éramos únicos, en una noche cualquiera, en nuestro territorio, unos de los más malotes en todo el planeta. Estábamos unidos, éramos fuertes, éramos más que buenos, éramos inamovibles, eramos divertidos, éramos sensibleros como el infierno y tan serios como la muerte misma. Y veníamos a tu pueblo para sacudirte y despertarte. Juntos, contamos una historia mayor, más profunda sobre las posibilidades de la amistad que trascendía las que yo había escrito en mis canciones y mi música. Clarence lo llevó en su corazón. Era una historia donde Scooter y el Big Man no sólo rompían la ciudad por la mitad, sino que pateamos el culo y la reconstruíamos, convirtiéndola en el tipo de lugar donde nuestra amistad no sería una anomalía. Y eso … eso es lo que voy a echar de menos. La oportunidad de renovar ese voto y doblarlo en la historia todas las noches, porque eso es algo, eso es lo que hicimos juntos… los dos. Clarence era grande, y él me hizo sentir y pensar, y amar, y soñar a lo grande. ¿Cuánto de grande fue el Big Man? Jodidamente grande para morir. Y esto son sólo los hechos. Puedes ponerlo en su lápida, puedes tatuar esto en tu corazón. Acéptalo… Este es el Nuevo Mundo.
Clarence no deja la E Street Band al morir. Se irá cuando muramos nosotros.
Por lo tanto, voy a extrañar a mi amigo, su saxo, la fuerza de la naturaleza de su sonido era su gloria, su locura, sus logros, su rostro, sus manos, su humor, su piel, su ruido, su confusión, su poder, su paz. Pero su amor y su historia, la historia que me dio, que me susurró al oído, que me permitió decirle… y que os dio a vosotros… va a continuar. No soy un místico, pero la resaca, el misterio y el poder de Clarence y mi amistad me lleva a pensar que debemos permanecer juntos en otras ocasiones, más adelante, a lo largo de otros ríos, en otras ciudades, en otros campos, haciendo nuestra versión modesta de la obra de Dios… trabajo que todavía está sin terminar. Así que no voy a decir adiós a mi hermano, yo simplemente voy a decir, nos vemos en la próxima vida, más adelante en la carretera, donde podremos una vez más recoger el trabajo y hacerlo.
Big Man, gracias por tu amabilidad, tu fuerza, tu dedicación, tu trabajo, tu historia. Gracias por el milagro… y por permitir que un pequeño muchacho blanco se colara por el lateral de la puerta del Templo del Alma.
Así que, damas y caballeros… Siempre el último, pero no menos importante. Oigamos para el maestro de desastre, el BIG KAHUNA, el hombre con un doctorado en SANIDAD SAXUAL, el duque de Paducah, el Rey del Mundo, ¡cuidado OBAMA! El próximo presidente NEGRO DE LOS ESTADOS UNIDOS A pesar de estar muerto… Te gustaría ser como él, ¡PERO NO SE PUEDE! SEÑORAS Y SEÑORES, ¡el hombre más grande que jamás hayas visto! … GIVE ME A C-L-A-R-E-N-C-E. ¿Qué palabra? Clarence! ¿Qué palabra? Clarence! ¿Qué palabra? Clarence! … Amén.
Os voy a dejar hoy con una cita del mismo Big Man, que compartió en la vuelta a casa en avión desde Buffalo, el último concierto de la última gira. Mientras que nosotros celebrábamos en la parte delantera del avión, felicitándonos unos a otros y recordando historias de las muchas y épicas noches rock y los buenos momentos habíamos compartido… “C” se sentó en silencio, escuchando todo, y luego levantó la copa, sonrió y nos dijo a todos reunidos, “Este podría ser el comienzo de algo grande.”
Te quiero, “C”.
Sigue leyendo para ver el texto en inglés:
…