El pasado viernes tuvieron lugar los terribles atentados en París. Una de las cosas que más llamó la atención esa noche, y que tanto se ha criticado en redes sociales, fue la ausencia de cobertura informativa de las televisiones.
La 1, parece ser que conectó un rato con el Canal 24 horas, yo no lo vi. La 2 nada. Antena 3 un boleto de unos minutos con Álvaro Zancajo. Cuatro nada. Telecinco, aun estando en directo, hizo que Jorge Javier leyera unas notas muy avanzada la noche. La Sexta (que se postulaba a ser referente informativo tras las tres últimas citas electorales) nada.
El Canal 24 horas sí estuvo informando -faltaría más- y con un 7,7 de audiencia. También lo hizo 13tv. En el mundo autonónico, TV3 y Telemadrid sí interrumpieron sus emisiones.
En los últimos años ha cambiado el modelo empresarial de las televisiones, de todas. La idea de “medio de comunicación” se ha centrado en “medio de entretenimiento” y ha dejado muy de lado su faceta de “medio de información”. Las cadenas quieren ganar dinero, incluso las públicas (en este caso sería “perder menos”), por encima y a costa de todo.
Hace tiempo que la calidad o “lo que está bien hecho” ha dejado de ser prioritario. Y tener una redacción de noticias, preparada para hacer una cobertura cuando suceda la noticia, cuesta dinero.
Las televisiones han preferido ganar dinero y, cuando suceda la noticia, ya harán programas especiales al día siguiente. El sábado por la mañana, a las diez, ya hubo especial de Al Rojo Vivo y a las doce de Mañanas Cuatro.
¿Es esto bueno o malo?
Para las empresas es bueno, ya que sólo gastan dinero cuando ya ha sucedido la noticia.
Para el periodismo es triste. Para los periodistas, imagino que malo. Aunque el trabajo lo han hecho el sábado y estarán contentos, me cuesta imaginar a todas esas redacciones en casa escuchando la radio y siguiendo el twitter sin hacer nada.
Cuando yo empecé a trabajar en Antena 3, en 1998, teníamos un gran complemento en el sueldo llamado “Plus de disponibilidad”. Sabíamos que cuando fuera necesario allí debíamos estar. Aunque el compromiso con nuestro trabajo era tal, que lo habríamos hecho igual. Tanto fue así, que fue lo primero que cortaron…
Durante mis años en Sabor a ti me tocó vivir grandes noticias desde el control y ver cómo vive una redacción esos acontecimientos. Lo más gordo fue el 11-S, que encima nos tocó de lleno. Tuvimos que continuar el informativo de Antena 3.
Ahora bien, ¿para el espectador es bueno o malo?
Yo estoy orgulloso de las coberturas que hicimos en aquellos años… Pero veo el panorama ahora y ya no lo tengo tan claro. Las televisiones son grandes transatlánticos: cuesta ponerlos en marcha y hacerlos maniobrar. Con las redacciones vacías, llenas de gente que acaba de salir de las facultades, acostumbrados al día a día… hay que tener mucha sangre fría y control de uno mismo para no dejarse llevar por la emoción del momento y mantener el rigor informativo, no caer en el amarillismo, en el sensacionalismo, decir lo que SABES… y no hacer noticia-ficción. Enseguida aparecen expertos… que tienen que hablar porque la cámara está delante, pero que no saben, porque nadie sabe todavía qué ha pasado. Pero hay que rellenar minutos. Se tira de twitter y de cualquier fuente… y no puedes dejarte llevar por la prisa en un momento así.
Hemos visto en casos, como los accidentes de avión de Spanair o Germanwings, cómo en las televisiones se interroga a “expertos” para sacar el titular, el dato, la información… que lógicamente esos expertos desconocen. No se da la información que hay, con eso no vale.
En cambio, las televisiones, pasadas unas horas… sí pueden hacer una gran cobertura.
Las radios, al ser un medio más ágil por no necesitar imágenes, no necesitar que haya invitados en plató… sí son medios más capacitados para cubrir grandes noticias en los primeros momentos. Aun así, también se tienen que andar con pies de plomo. La Cadena SER, de momento, mientras no despidan más gente, sigue haciendo buenas coberturas de elecciones o noticias inesperadas… como pasó el viernes pasado. Tienen margen para quitar programas y alargar con los informativos. La COPE también lo hizo.
Mi conclusión.
Es una pena que las televisiones no hayan hecho una cobertura de los atentados. Claro que me gustaría que hubiera redacciones funcionando y preparadas para dar información en el momento en qué sucede, con periodistas expertos y capacitados para manejar información y separar el grano de la paja en momentos así. Pero ¿dónde está CNN+? Está pasando, lo estás viendo era su lema… Pues eso, si sucede algo importante, apagamos la televisión, encendemos la radio y miramos el twitter. Es lo que las empresas de televisión han querido, pues démoselo.