Después del partido contra el Madrid el pasado sábado, con ese 2-6 en el Masters de Madrid, como ya dicen algunos…

Hoy nos hemos clasificado para la final de la Champions League ganando al Chelsea de una manera increíble…

Reconozco que el árbitro ha sido un amigo… A pesar de haber expulsado a Abidal y habernos dejado con diez durante la mitad de la segunda parte: “Se llamaba Jordi” ha dicho Jesús Caballero, gran barcelonista y amigo con el que volveremos a ver la final de Roma, igual que vimos la de París…

Si nos hubiera pitado algún penalti de los que se pudieron cometer, otro gallo hubiera cantado. No es que haya habido ninguno clarísimo, de libro, pero si hubiera pitado alguno tampoco hubiéramos protestado…

Lo que pasa es que, aunque el Chelsea ha merecido ganar por oportunidades, teniendo un jugador más y sabiendo que un gol de Barça les eliminaba de la competición, no tienen perdón de Dios. El que juega con fuego se suele quemar… Y el Chelsea se ha quemado.

Un equipo que ha defendido de lujo, que ha sabido anular el magnífico juego del Barça durante 180 minutos… que ha dominado este partido de vuelta, al no ir a por el segundo, ha firmado su sentencia de muerte.

Lo que cuenta es el resultado y de nada vale quejarse cuando el partido termina, así que… ¡Toma, toma, toma: ¡Nos vamos a Roma! (como diría Guily…) Eso sí, antes hay que intentar ganar La Liga matemáticamente y la Copa del Rey la semana que viene…

Si puede ser sin sufrir tanto… ¡Mucho Pep, mucho TODOS!