Visita a Cuenca de un día
El pasado domingo, al más puro estilo de Coque Malla en Todo es mentira, me fui a Cuenca.
No consigo recordar si había estado antes o no… pero creo que no.
El objetivo era salir de casa, que nos diera el sol… desconectar un poco de las tareas que me ocupaban desde el viernes… ¡Apetecía!
Lo mejor, parece ser, es aparcar en el parking del barrio del Castillo. Desde allí hay muy buenas vistas de la ciudad y empiezas el paseo bajando.
No sé si es que llevaba mucho tiempo encerrado delante de la pantalla del ordenador, o si hacía un día especialmente bonito… pero todos los colores me llamaban la atención.
La bajada hasta la Plaza Mayor es muy pronunciada, así que lo que hay que hacer es disfrutar de ella, sin pensar en la vuelta.
De hecho, aunque volvimos andando por el lado de las callejuelas de las casas colgadas, se puede volver tomando el autobús 1 ó 2.
En la Catedral -también se puede apreciar que está en cuesta-, te quieren cobrar unos cuantos euros por entrar… No sé si cinco euros adultos. Feo, feo…
Me llamó la atención la cantidad de edificios de la Iglesia que hay allí. Entre conventos, monasterios, iglesias… de distintas órdenes… Muchos.
Anécdota de la profesión: Un equipo japonés de algo de televisión estaba grabando algún tipo de reportaje o documental en Cuenca y llevaban un material impresionante… Steadycam, Betacam… Pero lo más llamativo, en los tiempos que corren: ¡seis personas! Guau!!!
Cuenca: casitas de colores y cuestas…
Una cascadita de agua, probando el filtro ND de mi G11… Estaría muy bien volver al Monasterio de Piedra a sacar jugo de los saltos de agua que hay allí…
Ya de vuelta, pasas por debajo de las Casas Colgadas…
Están muy bien…
Desde el puente hay muy buenas vistas de las Casas Colgadas, y compruebo una vez más que los fabricantes de candados han sabido readaptarse a los nuevos tiempos. Antes, la gente compraba candados para guardar cosas, atar cadenas, cerrar puertas… Ahora, esas funciones las hacen otros elementos: las pitones, las trancas, los cerrojos…
Pues estos fabricantes, en vez de pedir un canon para sus negocios, se dedican a vender candados para que la gente los ponga en puentes…
Lo más recomendable es dar vueltas por las callejuelas de Cuenca… Encontrar esquinas, pasajes…
Otro día toca volver para ver sitios nuevos… Hacer las rutas de senderismo que hay…
E ir al nacimiento del Río Cuervo y la Ciudad Encantada… Eso queda pendiente.
Por cierto, el Parador Nacional tiene buena pinta, ¿eh?
😀