En la final de la Copa del Rey 2018
El pasado sábado fui con mi amigo Jesús Caballero y su compañero Martín a ver el partido de la Final de la Copa del Rey, entre el Fútbol Club Barcelona y el Sevilla, en el Wanda Metropolitano.
Llegamos pronto, aparcamos relativamente cerca y fuimos caminando tranquilamente hasta el estadio.
Cuanto más te acercabas, más ambiente había… ¡pero todo muy bien!
Incluso los perros lo tenían claro…
La Final de la Copa del Rey es un partido especial, porque se juntan las dos aficiones en la misma ciudad, normalmente en “terreno neutral”. Mitad del estadio es de un equipo y la otra mitad del otro, así que se ve mucho colorido de las dos aficiones.
Además, suelen ser aficionados que no vamos habitualmente a los partidos. Gente de peñas o de lugares lejanos, que este día sí se acercan a ver a su equipo.
El Wanda Metropolitano es un pedazo de estadio, la verdad. ¡Está genial!
Entramos pronto y estuvimos viendo las cosas que hacían para amenizar al público hasta la hora del partido… en mi zona, que estaba perfecta, había bastante mezcla de aficiones, pero no había problema. Todos eran “tranquilos”, tanto los del Barça como los del Sevilla.
El asiento era casi tan bueno como el de El Rey, pero en la otra banda… 😉
Antes de empezar, inmortalizamos el momento… ¡Una final más juntos, Jesús, aunque ésta no sea de Champions! Y Martín me cayó muy bien… ¡un argentino muy majo! ¡A ver si vivimos más finales juntos, y si puede ser como la del sábado, mejor!
Aquí os dejo el partido, ¡que fue una pasada! Del once inicial del Barça no hubo nadie que no jugara de 10. Y cuando eso pasa, ver jugar al Fútbol Club Barcelona es ver ARTE.
¡A disfrutarlo!