Ayer estuve viendo a Amaral en Tarazona de la Mancha. Un concierto muy necesario para tener un buen chute de energía vital…
Amaral es un grupo que, por lo menos en mi caso, conecta conmigo y me trasmite fuerza. Por supuesto que eso me pasa con Bruce Springsteen, no hay quien lo dude, pero a falta de Bruce he encontrado a Amaral. No es lo mismo, pero sí me producen un resultado similar… especialmente en los últimos años de Bruce que hemos tenido que estar demasiado pendiente de otras cosas que no fueran sólo el disfrutar.
Así que un mes y medio después de verles en A Coruña, acudímos a la cita en esta localidad de Albacete.
Eran las fiestas de Tarazona y el lugar para el concierto, algo que me decidió, era la pista polideportiva del Colegio Público Eduardo Sanchiz. Un lugar que, primero, no es un festival, y segundo, no parecía que fuera muy grande.
Al llegar, nuestra sorpresa fue que de grande nada… ni siquiera había gradas. Era como el patio de un colegio… Pero la ventaja es que aunque fuimos con poco más de una hora de antelación para el inicio del concierto (del telonero), no había en la cola más de quince personas… Así que por primera vez hemos podido ver un concierto de Amaral en la pista… ¡y en la primera fila!

Antes de empezar el concierto, tocó durante media hora Salvador Beltrán. Me causó muy buena impresión…
Es alucinante poder ver a unos artistas, como los cinco que están en el escenario, desde esa distancia…

Todos los gestos, todas las acciones que hacen… y además Eva trasmite mucha intensidad…

El set list fue el habitual… no hubo sorpresas esta vez… Pero lo importante era disfrutar de la música, de las emociones, del espectáculo y del lugar…

Al terminar el concierto ya eres otro… Queríamos aprovechar este concierto, nuestro penúltimo de la gira Nocturnal, para agradecerles estos momentos. A Richie, el bajista, a Tomás, el teclista, a Toni, el batería… y por supuesto, a Eva y Juan.

Ellos salían esa misma noche para Bilbao y luego seguirán su gira. El 28 de octubre finalizaremos la gira en Madrid… hasta entonces, ¡la vida sigue!
¡Muchas gracias por todo!