Dando un paseo sin rumbo en París
Entre concierto y concierto, hay que hacer un poco de turismo, si estás en París.
Como eramos un grupo un poco numeroso y todos habíamos estado ya previamente en París, lo mejor fue dar un paseo sin rumbo fijo…
Empezamos en el Sacre Coeur, la Basílica del Sagrado Corazón de París.
Más que nada porque, aparte de una iglesia muy bonita, desde allí se pueden observar unas vistas de París alucinantes.
Como el Sacre Coeur está en lo alto de la colina de Montmartre, el resto del paseo es bajada… Primero hacia el barrio bohemio de Montmartre…
En la plaza puedes tomar algo, comprar algun cuadrito…
O incluso ser modelo de tu propio retrato, en múltiples estilos…
Sigues bajando la colina, sin pérdida, porque tampoco llevas rumbo…
París es una ciudad en la que en cualquier paseo ves cosas curiosas… quizá como todas las grandes ciudades, no sé…
Siempre acabas llegando al Boulevard Clichy… y ahí puedes ver muchos bares y cabarets, como Le Chat Noir…
O el mega famoso Moulin Rouge…
Ahí puedes tomar el metro y retirarte… o cambiar de zona de la ciudad…
O también puedes seguir bajando hacia Ópera y, de pasada, subir a la terraza de las Galerías Lafayette.
Lo bueno de ir tanta gente en un grupo variado es, precisamente, eso. Que vas a sitios que no hubieras ido tú…
No sé las veces que habré estado en París, pero aparte de verlas por fuera, no se me había ocurrido entrar a las Galerías Lafayette… y menos subir a la terraza…
Ahí ya estás a tiro de piedra de Ópera, de hecho estás en la parte de atrás de la fachada principal…
Y desde la Plaza de la Ópera sale la Rue de la Paix, una calle con tiendas muy selectas, muy exclusivas. Con la peculiaridad de que te las cierran para que hagas las compras… no nosotros, claro. Los que manejan mucho dinero tienen aquí sus “pequeños Campos Elíseos”…
Esa calle desemboca en la Place Vendome… donde se puede contemplar la Columna Vendome…
Ya estás al lado de la Plaza de la Concordia, con el obelisco de Luxor…
Otra opción siempre recomendable es pasear por la orilla del Río Sena…
Además, depende de la hora que sea, cambia el paisaje humano…
Siempre verás algo… siempre verás cosas…
Y como cuesta mucho estar en París y no ir a la Torre Eiffel, un paseo clásico puede ser ir a la Plaza de Trocadero y observar las vistas desde allí.
Subir al Arco del Triunfo, en la Plaza Charles De Gaulle…
Y bajar los casi dos kilómetros de la Avenida de los Campos Elíseos…
Por cierto, gracias a ir con este grupo variopinto, descubrimos una tienda que está semi-oculta en un palacete… No compramos nada, pero vale la pena entrar por verla. Está en el número 23 y la entrada parece que entras en la casa de alguien… ¡Entra! 😉