En esta temporada de esquí tan extraña, con tan poca nieve, con temperaturas tan altas… no he podido esquiar casi nada… ¡así que vamos a pillar un buen fin de semana y a esquiar a Grandvalira!

Las últimas veces que he estado en Grandvalira ha sido para cubrir las finales de la Copa del Mundo, para el podcast Hablamos de esquí… y ni siquiera me llevé los esquís.

Las pistas que estaban abiertas estaban bien… no es que hubiera mucha nieve… es obvio que no, pero se podía esquiar bien. Tampoco había mucha gente, así que bien…

Grandvalira es una estación que me encanta, aunque el sector de Pas, por ejemplo, lo tienen muy descuidado… no puede ser que remontes clave como los que conectan Grau Roig con Soldeu sean esas sillas de cuatro lentas como ellas solas.

Aun así, lo pasé muy bien, me volví a encontrar a gusto sobre los esquís… y aprovechamos las jornadas bastante.

Me quedo con ganas de más… pero también con más nieve.

Me gustó recorrer mis rincones favoritos… pistas que me encantan… con vistas como ésta:

Y entre las actividades no propiamente dichas de esquí, esta vez probé el Magic Gliss, la montaña rusa que hay en Canillo…

Una cosa curiosa más…

También tomé una raclette en un restaurante de Canillo… ¡Muy bien!

La pena es que supo a poco…

¡Hasta otra, Grandvalira!