Tras el éxtasis springsteeniano, decidimos quedarnos por Galicia.

No lo conocíamos mucho, contábamos con Luis y María, amigos de Madrid pero lugareños, como aliciente… y la promesa de sitios maravillosos y comida fantástica.

Así que, el día después del concierto de Santiago, quedamos con ellos para comer. La idea era vernos antes, en la plaza de la catedral, que Luis estaría haciendo unos timelapses…

Por cierto, él ya ha terminado uno y yo todavía no he escrito nada… Aquí lo tenéis:

Plaza del Obradoiro y Catedral – Santiago de Compostela from timelapses.tv on Vimeo.

Con ellos comimos nuestros primeros berberechos, pimientos de padrón, pulpo… y demás delicias del lugar. Y paseamos por las calles de Santiago.

Fue una tarde muy divertida, tranquila, después del arreón de los conciertos… Tomamos café, helado, descansamos en terrazas, hablamos de fotografía, de Galicia… Muy a gusto.

Al día siguiente, recorrimos Santiago con un plano en la mano. Buscando y reconociendo sitios.

Calles estrechas, iglesias, peregrinos que llegan o van…

Un lugar bonito, tranquilo…

Esa tarde, en coche, salimos con la idea de llegar a Fisterra, pasando por la costa. Pasamos por Noia y llegamos a Muros.

En Muros aparcamos y dimos una vuelta…

¿Os acordáis de esto?

Para los más jóvenes, deciros que es una cabina de teléfonos. Hace unos años, España estaba poblada por cabinas como ésta. La gente hacía cola para meterse dentro y hablar por teléfono. Sí, en serio.

Y el logo que aparece encima de la cabina es publicidad de un banco, que tras unas fusiones, ahora se conoce como BBVA.

Yo tuve una libreta de ahorro con ese logo…

Seguimos dando una vueltecilla por Muros… Tomamos algo y seguimos viaje…

Por el camino, vimos unos cuantos horreos…

Y en el pueblo de Carnota, vimos EL horreo:

Que tengo entendido que es el tercero más largo de Galicia… (sin confirmar).

Siguiente parada: Corcubión.

El tiempo no predecía nada bueno para nuestra inminente llegada al cabo de Finisterre…

Efectivamente, una niebla importante hizo que no pudiéramos apreciar el cabo como se debe… Pero es lo que hay…

Vuelta a Santiago y a la mañana siguiente partimos en dirección a Vilagarcía de Arousa. Allí nos alojamos en un bonito pazo.

Para comer, fuimos a O Grove, paraíso del marisco, según dicen.

Nos metimos una mariscada entre pecho y espalda… y luego un buen paseo para bajarla.

Por el puerto, la ría… y hacia el puente que cruza a la Isla de La Toja.

Buen día… calor, incluso… No nos podíamos quejar.

Eso sí, como para bañarte no estaba… al menos para alguien acostumbrado al Mediterráneo…

A la mañana siguiente, desayuno pronto y salimos en dirección a Vigo. Dejamos las cosas en el hotel y al puerto para ir a las Islas Cíes.

Desembarcas en la misma playa de Rodas. La supuesta playa más bonita del mundo, según The Guardian.

Tanto no me atrevo a decir… pero bonita, lo es mucho. Agua totalmente cristalina, arena finísima, blanca… Agua fría…

El día no era de playa total, pero sí muy bueno para hacer una de las rutas que se pueden hacer en la isla que está abierta a visitas. Elegimos la ruta que va al monte do faro.

Por el camino puedes apreciar la cantidad de aves que hay. Dice la wikipedia que allí se encuentra la mayor colonia de gaviotas patiamarillas…

Precioso vuelo…

El camino hasta el faro es largo, pero vale la pena. Pasas por zonas de distinta vegetación y la vista es increíble.

Es más, a cada curva del camino, descubres, con la altura, un nuevo punto de vista.

Al llegar arriba se tiene la vista completa: las tres islas, los acantilados, la ría de Vigo…

Yo, con la cámara, es que cuando me pongo, me pongo… y dale a hacerle fotos a las pobres gaviotas… ¿qué hay de su intimidad?

Se puede ver el Faro da Porta, que hay otra ruta que lleva a él…

La visita es a la isla de Monteagudo, aunque hay muy buenas vistas de la vecina San Martiño…

La vuelta tiene su interés también, porque miras para el otro lado… Y ves el lago, la playa…

Ya iba mejorando el día… hacía sol… y se estaba quedando magnífico para el día siguiente y la visita de Tere y familia.

Regreso a Vigo y cena con María, una gran guía local.

La mañana siguiente aparece como prometía: con un sol magnífico. Subimos al castro y había muy buenas vistas de las islas y de la ría…

Continuamos con nuestra ruta, hacia Baiona, pero parando en algunas playas…

En Nigrán, casi sin quererlo, me encontré con la famosa (para mí) Playa de Patos:

Y en Baiona, una inmersión en el mundo fortalezas…

Baiona es un lugar muy turístico… con muchos restaurantes en plan levante…

Pero con una diferencia: la calidad y la cantidad de comida. Tomé una paella muy muy buena… y llenita de mejillones, berberechos… ¡que en levante te los dan contados!

Última noche… Al día siguiente volvemos para Madrid.

Pero pasando por A Guarda, la desembocadura del Miño…

Acantilados por un lado, río por otro… Portugal…

Y el pueblo en fiestas.

En lo alto del monte de Santa Tecla, hay un yacimiento arqueológico: el Castro de Santa Tegra.

De camino de vuelta, pasamos por Tui. Una localidad sobre el Miño y fronteriza con Portugal…

Con una catedral y un casco antiguo digno de ser visitado…

Y cuando ya me marchaba… una pareja de novios se hacían el reportaje en la terraza de un bar… ¡No me pude resistir!

Felicidades…