Acabo de ver Varekai, el nuevo espectáculo del Circo del Sol (Cirque du Soleil) en Madrid… ¡¡y estoy encantado!!

Desde que en 1998 visitaran Madrid con Alegría, no he faltado a ninguna cita en España y puedo decir, sin miedo a equivocarme, que Varekai está a la altura de los mejores.

Este año está situado, nuevamente, en la Casa de Campo… Y ya mientras te vas acercando a la carpa se respira un ambiente sorprendente… Cuando entras, sabes que vas a presenciar algo mágico.

Desde la cuidada tienda hasta el hilo musical con las preciosas músicas, tan características de los espectáculos del Cirque du Soleil… Todo es acogedor, todo está genial.

Hay que entrar pronto al Grand Chapiteau… Y disfrutar con la escenografía… y con los payasos que van haciendo cosas con el público… (no desvelo nada porque en todos los espectáculos hay algo así).

Cuando ya empieza no te has dado cuenta de que ha empezado… Empiezan a surgir esas figuras deformes, criaturas del mundo Varekai, pequeños monsturos enmascarados que te van a acompañar durante dos horas y algo…

Es alucinante cómo entras en ese mundo de fantasía… el vestuario cuidadísimo (como siempre)… sorprendente, con unos colores vivísimos y con unas formas increíbles. Las máscaras, el maquillaje… Todo.

El hilo conductor de la historia es el mito de Ícaro. La primera parte, hasta el descanso, domina el ambiente rumano o húngaro por las músicas… En la segunda parte, continúan los números espectaculares, quizá algo más latinos… salvo el final con la fiesta de la boda.

Hay números realmente sorprendentes en Varekai… Por eso digo que está a la altura de los mejores. No digo nada más para no desvelar más cosas…

Lo que más me gusta de los espectáculos del Circo del Sol son los detalles. Está todo cuidadísimo. Absolutamente todo.

Los números están perfectamente hilados. Nada es en vano. Para pasar a cualquier cosa, entran las personas que sean necesarias y hacen algo para cambiar lo que tengan que cambiar sin que te des cuenta. No hay ni un segundo de pausa.

Hasta los movimientos escenográficos están integrados en el espectáculo, en la historia. Para moverse por el backstage se utilizan unas capas especiales para integrarse en el mundo fantástico de Varekai.

Vamos, que estoy encantado.

Lo malo es el precio, ya lo sabemos… No es nada barato. Pero teniendo en cuenta que suelen venir una vez cada dos años, hay que hacer un esfuerzo. Los espectáculos del Cirque du Soleil valen la pena. El ver algo tan bien cuidado, con tanto gusto, tan bonito, emocionante… Bien vale el dinero de la entrada. ¿Nos gustaría que fuera más barato? Desde luego, pero una vez que sales no te acuerdas de lo que has gastado… En serio.

La única pega que voy a poner, para que no se diga, es la excesiva centralidad de los números… Es algo que siempre me disgusta. Tiene que haber mucha diferencia entre estar en el sector 200 o en cualquiera de los otros.

Los sectores 201 y 202 te arriesgas a no ver bien todo porque están las columnas que sostienen el Grand Chapiteau. Los 203 y 204 (donde estaba yo) aunque con buena visión, estás muy lateral. En los 205 y 206 tienes bastante visión reducida.

Es algo que yo creo que podrían mejorar. El sector 200 tiene que ser la bomba…

Aun así… ¡Es alucinante!