Comparación entre el iPhone 5 y el 4S, sobre el papel
Hace dos días que se ha presentado el iPhone 5, la supuesta nueva joya de la corona en cuanto a teléfonos móviles tipo smartphones.
Había mucha expectación porque, quieras o no, Apple fue pionero y revolucionó el mundo de la telefonía con su primer iPhone. Es verdad que, últimamente, los teléfonos con sistema operativo Android, especialmente los Samsung parece que le están comiendo el terreno… pero desde mi punto de vista, una vez que pruebas un iPhone no te cambias. No hay nada igual.
Vamos a ver, punto por punto, las novedades del iPhone 5 comparado con el modelo del año pasado: el 4S.
Pantalla Nueva
La pantalla del iPhone 5 (123,8 mm. 4 pulgadas) es un poco más grande que la del 4S (115,2 mm. 3,5 pulgadas). Formato 16:9 real, bien para ver vídeos. Y una fila más de iconos. El ancho es el mismo que el 4S.
El 4S ya era retina display, pero parece que el iPhone 5 ganará en saturación y en colores… Veremos.
Conclusión, no es decisivo.
Conectividad LTE, la gran novedad
Lo mejor del iPhone 5 es la posibilidad de conectarte por LTE, en vez del 3G del 4S. La velocidad que puedes obtener es mayor que la que te puede dar el Wi-fi, incluso. Lástima que tengas que vivir en Estados Unidos y tener contrato allí… En España, no hay ni se la espera… Así que como si no lo tuviera.
El chip A6, en vez del A5 del 4S parece que ganas mucha velocidad a la hora de abrir una aplicación o un archivo adjunto. Aun así, estaremos hablando de unas décimas de segundo más rápido, digo yo…
Siri
Es un tema de software claro, así que los cambios que haya en el iO6 estarán en ambos. Pero en este caso, también nos da igual, ya que Siri no entiende español… y nosotros no hablamos el inglés necesario, ni con el acento necesario…
Batería
Fundamental que lo mejore… porque las baterías son el punto débil de todos los iPhones… y de los smartphones en general. Si los usas, se gasta la batería.
Cámara
La misma que el 4S, con la misma apertura de diafragma. Se mejora el sensor que había salido rana en el 4S en las situaciones de poca luminosidad.
Se van a poder hacer fotos panorámicas, pero este aspecto es por software, así que el 4S también podrá en cuanto actualice el iOS 6.
El iPhone 5 sí mejora la cámara de la pantalla, llamada FaceTime. Que pasa de una calidad VGA a 1,2 Megapíxeles y 720p de vídeo.
Sonido
Pasados los días, quizá sea ésta la mejor novedad… ¡El iPhone 5 tendrá tres micrófonos para mejorar la calidad del sonido en las llamadas! Y eso está muy bien, porque si algo malo tenían los iPhones, precisamente, era la faceta de teléfono, que todo el mundo te oía bajo… lejos…
A ver si ahora, el teléfono mejora en la función como teléfono propiamente dicho…
Han diseñado unos nuevos cascos, con micrófono y control remoto… que sí, están muy bien… pero no dejan de ser unos cascos…
El nuevo conector
El iPhone 5 tiene un nuevo conector llamado Lightning. Ya no es el mismo que habían tenido todos los aparatos de Apple… Oooooh… Todos esos accesorios que tenías… ¡Ya no te sirven!
Bueno, en realidad, el iPhone 5 traerá una clavija adaptadora de regalo… si quieres más, las compras.
Aunque eso sí, ¿sabes esos magníficos docks que existían que servían de equipo de música y cargador? Pues… Eeeeehmmm… Igual ya no te vale… 😉
A la venta en España el 28 de septiembre, una vez que lo empecemos a ver y a probar… veremos si estas suposiciones son tales, o no.
Las “similitudes” de ciertos temas con canciones de Bruce Springsteen
O cómo Bruce se “inspira” en otros artistas…
Mucho se habló, cuando salió el disco Working on a Dream, de la similitud de la base de Outlaw Pete con I was made for loving you, de Kiss…
Que conste que, en principio, me da igual si se parece o no… ¡Me gustan las dos!
Hoy en día, también, es muy difícil encontrar algo que no se parezca a algo… Y no voy a ser yo el que hable de plagio, en ningún caso.
Ahora bien, el otro día estaba oyendo Thunderbird de John Hiatt…
Y le encontré muchísimo más parecido con Magic, de Bruce Springsteen, que el caso anterior de Kiss…
La de John Hiatt se publicó en el disco Master of Disaster de 2005 y, la de Bruce, en el disco Magic de 2007.
El iPhone 5 se presentará, por fin, el 12 de septiembre
Por fin… ¡ahora parece que sí!
Después de que hace casi un año, cuando todos pensábamos que iba a salir el nuevo iPhone 5, los de la manzana sacaron el 4S…
Después de marear con que si en marzo, que si en octubre…
Ahora va a ser que sí…
¡Ya casi está aquí!
Esta es la imagen de las invitaciones al evento de presentación que ya están distribuyendo los de Apple. Ese doce… con esa sombra que es un cinco… Mmmmm…
También se van sabiendo cosas… movimientos que ya no son sólo rumores… Como que muchas tiendas ya se empiezan a aprovisionar de las nuevas tarjetas nanoSim, más pequeñas que las del 4 y 4S… ¡por no hablar de la de mi 3GS!
Parece seguro que tendrá también el nuevo chip A6…
¡En ocho días lo sabremos todo!
Empieza septiembre
Ya estamos en septiembre y, aunque ya hace unos días que he vuelto a trabajar, ya está claro que se han acabado las vacaciones.
Este mes toca volver a coger ritmo… volver a hacer lo que sueles hacer durante el “curso”… y volver a rodar.
Contamos con una buena temporada de descanso a nuestras espaldas… y con la ayuda de la luna azul del mes pasado.
Hoy ya no estaba llena la luna, aunque estaba muy guapa…
FOTO: NACHO CORREA en Arganda del Rey
Pero el mes pasado sí estuvo… y dos veces en el mes. Eso es lo que se llama Blue Moon (luna azul): dos lunas llenas en el mismo mes. Creo que hasta 2015 no se volverá a dar ese fenómeno.
Así que, con la ayuda de la luna, con el descanso de las vacaciones… y con lo que sea… ¡A por septiembre!
Mi vídeo del viaje a Noruega
Durante el circuito que hice por Noruega entre el 14 y el 20 de julio, estuve grabando unos planos en vídeo.
Aquí está el montaje que he hecho, por orden, con lo que fue mi viaje.
Circuito en Noruega – 14 al 20 de julio de 2012 from nachotv on Vimeo.
Para ver los artículos sobre cada día del viaje, sigue el enlace correspondiente:
Ver el primer día: Bergen, la noche
Ver el segundo día: Bergen y ruta
Ver el tercer día: Tren de Flam y Sognefjord
Ver el cuarto día: Excursión al glaciar Briksdal y vuelo en helicóptero
Ver el quinto día: Fiordo de Geiranger y Alesund
De Oslo a Bergen en tren por nuestra cuenta
Una vez terminado el circuito que teníamos contratado… y habiendo ido ya al concierto de Bruce Springsteen en Oslo, había que ir a Bergen por nuestra cuenta.
La mejor manera para ir de Oslo a Bergen, y seguir disfrutando de los paisajes noruegos, es el tren. En muchas páginas de internet comentan que este recorrido es uno de los más bonitos que se pueden hacer por Europa en ferrocarril.
Para comprar el billete de tren lo mejor es hacerlo por internet, en su página web: www.nsb.no. Luego lo puedes recoger en unos puestos automáticos, que hay en la estación, sin problemas.
Tienen varias tarifas, la standard, que puedes cambiar el billete… y la minipris, en la que no se admiten cambios ni devoluciones… Ésta última es mucho más barata.
La mañana del domingo 22 de julio, dejamos el Hotel Continental, donde habíamos pasado esa noche porque estaban alojados allí Jordi e Itziar…
La estación de tren estaba en obras y no salían trenes desde allí. De momento ibas allí, y te decían de qué andén salía el autobús que te llevaba a la parada donde sí podías montar en el tren. Como cuando están de obras en el metro, y te ponen un autobús para hacer ese recorrido, vamos…
El autobús con el que hicimos el circuito era español… ¡pero éste noruego se veía bastante distinto! Como futurista…
Cuando digo que el autobús te deja en el mismo andén, es verdad… al lado del tren.
Un tren enorme… es la línea que conecta las dos ciudades más importantes del país en un viaje que dura unas siete horas.
Por lo demás, como siempre, tienes tu vagón, tu número de asiento…
Los vagones y los asientos son bastantes cómodos…
Por el camino el paisaje es alucinante… como el que estuvimos viendo por la carretera con el autobús durante el circuito. Lagos, ríos, fiordos, pueblitos…
Además, recorres un montón de sitios diferentes… desde nivel del mar hasta estaciones de esquí…
Durante el viaje, sube y baja gente equipada de montaña, camping… o de negocios… Y tienes momentos de sol, lluvia… y casi nieve.
Unas doce o trece paradas hay en el trayecto entre Honefoss (donde te deja el autobús y te montas en el tren), y Bergen.
Una de ellas, la ya conocida, Myrdal… Donde conecta con el tren de Flam….
Finalmente llegas a Bergen…
Lloviendo sin parar y con una fuerza tremenda… Nuestros chubasqueros no estaban preparados para esa cantidad de agua…
Pero al fin y al cabo, cuando una ciudad tiene tanta fama de ser lluviosa, y la has visitado con sol una vez, no puedes pretender visitarla otra vez y que no llueva…
Justo ese día, el 22 de julio, se cumplía un año de los atentados de Oslo y los asesinatos de Utoya…
Y aunque estábamos en Bergen, habían muestras de solidaridad con las víctimas allí, lógicamente.
A la vuelta, Bruce Springsteen y Steve Van Zandt tocaban We Shall Overcome, en el homenaje de Oslo…
Al día siguiente sería el primer concierto de Bergen… ojalá no lloviera tanto…
Séptimo día del viaje a Noruega: Oslo
Nos despertamos en Oslo el séptimo día y tocaba visita guiada a la ciudad.
Primer destino: el Parque Vigeland, porque no llovía.
El Parque Vigeland, fue diseñado por Gustav Vigeland y, perfectamente integradas en el entorno, se encuentran más de 200 de sus esculturas, en bronce y granito.
Uno de los temas principales de su obra es el ser humano. Así, en un puente, hay esculturas de hombres en un lado… y de mujeres en el otro…
Muestran personas de distintas edades… e intenta mostrar la relación entre padres e hijos en varios momentos de la vida.
Allí está la famosa escultura de un niño enrrabietado, el Sinnataggen.
Parece que en una visita al Reino Unido, Gustav Vigeland se fijó en un niño que lloraba desconsolado… y esa fue la idea que plasmó en esta escultura que ahora es símbolo del parque… e incluso de la ciudad de Oslo.
También hay una niña, al lado, pero no causa tanto furor como el niño llorón… que todo el mundo se hace una foto con él tocándole la mano, de ahí el color que tiene.
Los noruegos, como no disfrutan de un tiempo muy bueno, en cuanto sale un poco el sol se vuelven locos… ¡y a disfrutar!
La fuente es otra de las zonas del parque. En ella, se pueden ver, en las esquinas, distintas etapas de la vida de las personas. Desde la infancia, la juventud, la madurez y la vejez… formando el círculo de la vida: desde el nacimiento hasta la muerte.
Entre esquina y esquina, hay unos bajorrelieves en bronce que ilustran momentos clave de nuestra existencia.
El monolito está en la parte más alta del parque y mide 17,3 metros. Está formado por 121 esculturas de personas.
Parece ser que el objetivo de este conjunto de esculturas, también centrado en las distintas edades del ser humano, es hablar de la resurrección y del trabajo en grupo y solidario para conseguir fines.
Las esculturas son muy realistas… y captan muchísimos detalles.
Aunque no todas las esculturas fueron esculpidas por Vigeland, sí tenía un grupo de ayudantes que trabajaban en su taller y todos los modelos los hizo él. También era muy severo en cuanto a que la estatua tenía que ser exactamente igual que el modelo… o si no, a volver a hacerlo.
El Parque Vigeland, aunque parezca una obviedad, conviene visitarlo sin lluvia… Lo digo, porque nosotros tuvimos mucha suerte… justo cuando nos íbamos, empezó a diluviar… Ya saben, el tiempo noruego.
Más allá del monolito, está la Rueda de la Vida… Un símbolo de la eternidad, compuesto por una escultura de mujeres, hombres y niños entrelazados, formando una rueda.
Un poco alejado del centro de Oslo, arriba de una colina, está el Holmenkollen… Un trampolín de saltos de esquí inaugurado en 2010, un año antes de los Campeonatos del Mundo que tendrían lugar en Oslo.
Desde antes de 1900 existía un trampolín en esa colina, pero éste nuevo es realmente impresionante… Casi puedes imaginar los saltos…
Quizá el edificio más representativo de Oslo, actualmente, sea el de la Ópera.
Inaugurado en 2008, pretende parecer un iceberg emergiendo del fiordo de Oslo…
Su construcción no estuvo exenta de polémica, ya que su coste fue realmente elevado… Totalmente recubierto de marmol de Carrara, muchos pensaron que no era necesario semejante gasto…
Bien es cierto, que actualmente es muy complicado conseguir entradas, ya que está todo vendido hasta casi un año vista… O eso dicen.
Una visita, bien vale la pena…
Otro lugar de interés en Oslo es el Ayuntamiento.
Entrada gratuita, lógicamente, en el salón principal es donde se entrega el Premio Nobel de la Paz. Cada año, el ganador acude a ese salón a recibir el único Premio Nobel que no se entrega en Suecia.
El salón está decorado con unos murales enormes, que hablan de la historia de Noruega. Además, se pueden visitar varias salas, adornadas con momentos cotidianos de la ciudad o el país…
Yo me fijé en estos esquiadores, ya que Noruega es considerado el inventor de este deporte, en la región de Telemark.
Por la tarde tocaba visitas a varios museos. Opcional en el circuito, pero muy recomendable.
El primero, el Museo Folklórico Noruego, donde se pueden ver casas tradicionales de distintas regiones del país… auténticas.
Lo más llamativo es la iglesia de madera del pueblo de Gol. Perfectamente conservada.
Otro museo que hay que visitar, es el museo Vikingo.
Para conocer un poco más sobre esta civilización… su cultura, su forma de vida… e intentar conocer qué es más mito que realidad…
Los barcos que se encuentran en este museo son auténticos, con muy pocas restauraciones. Se han conservado tan bien porque muchos se enterraban en los barros ricos en arcilla de los fiordos.
Por último, el Museo del Fram. Un museo dedicado a este barco y a las expediciones noruegas a los polos. Los protagonistas son sus tres mayores exploradores: Fridtjof Nansen, Otto Sverdrup y, en especial, Roald Amundsen.
El Fram es el barco que se encuentra en el museo y es el auténtico que intentó llegar al polo norte… y que finalmente acabó llegando al polo sur, haciendo que Amundsen fuera el primer hombre en llegar a ese punto de la Tierra, por delante del inglés Scott.
Al barco se puede entrar, recorrer su interior, ver los camarotes… Está muy bien el museo.
Con esto terminaba nuestro día… Al día siguiente era tiempo libre. La mayoría de nuestros compañeros de circuito aprovecharon para ir de compras, ver con más detalle partes de la ciudad… y hacer tiempo hasta el traslado al aeropuerto.
Nosotros nos quedábamos en la ciudad, porque al día siguiente, el octavo día, tocaba Bruce Springsteen en el Valle Hovin stadium… y a un acontecimiento como ese, no se podía faltar.
Pero eso ya es otra historia… ¿o no?
Ver el siguiente día… El concierto de Bruce Springsteen en Oslo
Ver el sexto día: De Alesund a Oslo
Ver el quinto día: Fiordo de Geiranger y Alesund
Ver el cuarto día: Excursión al glaciar Briksdal y vuelo en helicóptero
Ver el tercer día: Tren de Flam y Sognefjord
Sexto día del viaje a Noruega: En ruta desde Alesund a Oslo
El sexto día es el más “light” de todo el viaje. Una buena cantidad de kilómetros por delante, de Alesund a Oslo… Pero, ¿qué le vamos a hacer? Algún día hay que empezar a volver…
Aun así, está muy bien… Se vuelve por otro camino, bordeando fiordos y lagos, sin coger ferrys…
Cuando llegamos al Trollveggen, que significa “El muro del Troll”, se hace una parada.
El Trollveggen es la pared vertical más alta de Europa, en torno a los 1.000 metros, y eso hace que vengan escaladores de muchas partes del mundo a subirla. Lamentablemente, cuando nosotros paramos, no había ni rastro de la pared, porque la niebla era muy densa.
Seguimos la ruta… hasta Dombas, donde paramos en un área de servicio a comer…
No había tiempo para mucho, aparte de comer… pero había una iglesia al otro lado de la carretera que quizá valiera la pena echarle un ojo…
Lástima que se pusiera a diluviar como si no hubiera mañana… la iglesia, nos la imaginamos…
Seguimos ruta hasta Lillehammer, sede de los Juegos Olímpicos de 1994… Aunque nos daba un poco igual que fuera Lillehammer u otro sitio, ya que la parada fue en una calle peatonal, en el centro… y eso es lo que había que ver…
No vimos los trampolines más que de la carretera… ni nada relacionado con la olimpiada… Salvo esta casa con esquís en la fachada…
Y es verdad, los aros olímpicos en el suelo…
Han pasado 18 años, así que quizá tampoco hubiera mucho que ver…
Seguimos ruta hasta Oslo… y tiempo libre al llegar.
Para poder ver el edificio de la Ópera…
El Ayuntamiento…
En Oslo se entrega el único Premio Nobel fuera de Suecia: el Premio Nobel de la Paz. ¿Por qué? Pues porque así lo dijo Alfred Nobel. En la ciudad hay muchos edificios y museos dedicados a este premio.
En el Bryggen… o el puerto… había un montón de gente bailando rock and roll… curioso…
El famoso reloj de Oslo que aparece en todas las guías…
Cenamos en un restaurante llamado Egon, esta noche, la cena no estaba incluida en el circuito.
Egon es una cadena y hay varios, tanto en Oslo como en Bergen. Tienen carta en español y hay veces que te regalan unos ponchos con su logotipo, muy interesantes para esas lluvias tan inoportunas.
El que fuimos nosotros está en la Calle Karl Johan. La calle peatonal principal, muy cerca del Grand Hotel y del Teatro Nacional. Precio, unos 35 euros por una hamburguesa grande (como la que puedes tomar aquí en un Fridays, por ejemplo) y una cocacola.
A dormir, que mañana toca visita guiada en Oslo.
Ver el quinto día: Fiordo de Geiranger y Alesund
Ver el cuarto día: Excursión al glaciar Briksdal y vuelo en helicóptero
Ver el tercer día: Tren de Flam y Sognefjord
Quinto día del viaje a Noruega: Geiranger y Alesund
Después de dos noches en Loen, llegó el día de abandonar este hotelito. El destino es Alesund, la ciudad más al norte que visitaremos, pero con muchas cosas por el camino.
Jenny, la guía, nos fue hablando de la vegetación de Noruega. Nos dio unas cuantas pautas para conocer la altura sobre el nivel del mar en la que estábamos, en función de la vegetación que viéramos.
Me pareció muy interesante, porque es verdad, según subes, el paisaje cambia muy rápido.
Al estar tan al norte del planeta, la vegetación actúa de distinta manera que en España.
Así, entre 0 y 300 metros, se ven cultivos.
Entre 300 y 600 bosque.
Entre 600 y 800 arbustos y matojos.
Entre 800 y 1.000 metros, tundra. Nada de vegetación, como mucho algún musgo o líquen en las rocas.
Muy curioso, porque fue llegar a 1.000 metros y parecía que estábamos en lo alto de Sierra Nevada… y sólo estábamos a 1.000 metros.
Incluso a esta altura, en julio, había lagos helados…
Iniciamos el descenso hacia Geiranger, por una carretera de montaña muy divertida… Con curvas cerraditas y granjas colocadas en sitios imposibles…
Geiranger es un pueblo, con su puerto en el fiordo, donde sale el ferry que va a Hellesylt… y que recorre el fiordo con el mismo nombre.
Reconozco que, para ciertos destinos o ciertas personas, un circuito de este tipo puede ser mejor en crucero. Yo no lo recomiendo. Prefiero el bus. Es verdad que es un rollo tener que estar con las maletas de aquí para allí… pero ves muchas más cosas con el autobús… y es mucho menos agresivo para el entorno.
Imaginad el desembarco de estos dos pedazo cruceros en un pueblito mínimo… Todos bajando de los barcos como locos… como los toros cuando salen a la plaza…
En fin… cada quien es cada cuál, está claro.
Desde Geiranger se puede ver esta carretera, con formas de “zetas”, que también tiene que ser curiosa…
Y, nuevamente, listos para navegar por otro fiordo…
Paredes verticales de una altura increíble… Sin duda, la Tierra ha vivido épocas duras…
Si hay altura, paredes y glaciares… hay cascadas. El agua del deshielo que busca llegar al mar… al fiordo, en este caso.
Hablo mucho del deshielo… pero en realidad, el deshielo ya estaba terminando cuando fuimos, la tercera semana de julio. Antes, las cascadas eran mucho mayores y mucho más impresionantes.
De hecho, una de las cascadas más famosas del fiordo Geiranger, la de las Siete Hermanas, sólo eran seis…
La hermana que falta se debió ir de vacaciones a Alicante… lo que es seguro es que no se fue con “El Pretendiente”, porque esa cascada estaba enfrente… y traía la botella que siempre trae para intentar conquistar alguna de las hermanas.
Estaría bien ver la de las Siete Hermanas en pleno deshielo…
También se pueden observar, durante el trayecto en ferry, granjas en lugares prácticamente inaccesibles. En invierno nieva, aunque estemos a nivel del mar, así que a estas granjas sólo les queda el fiordo como medio de comunicación. Estos fiordos, al estar afectados por ciertas corrientes oceánicas más cálidas, no se congelan.
Se llega a Hellesylt y continúas ruta hacia Alesund… con parada en ruta para ver el fiordo desde tierra.
Comida en Stranda, un pueblo en el que hacen masas de pizza que se congelan y se distribuyen a todo el país… y último ferry del viaje, entre las poblaciones de Magenholm y Orsneset.
En Alesund es obligada la visita al mirador. Se puede hacer por carretera, con el autobús, o andando por unas escaleras.
Pero contemplar la vista desde allí es imprescindible.
Visitando las calles, se ve que Alesund es una ciudad muy distinta a todo lo visto hasta ahora en Noruega…
Y es que Alesund sufrió un incendio que acabó con toda la ciudad, allá por 1904. A la hora de reconstruirla, se utilizó piedra e influencias centroeuropeas, traídas por los noruegos que por entonces recorrían medio mundo en sus barcos…
Es una de las ciudades donde se aprecia Art Nouveau en casi cada rincón…
Paseando por sus calles olvidas que estás en Noruega… nada que ver con las edificaciones tradicionales que llevamos viendo todo el viaje.
Es una ciudad centrada en su puerto…
Aunque la pesca es la actividad principal del puerto de Alesund. Especialmente, del arenque.
Cada casa, cada esquina, merece ser contemplada…
Dando una vuelta, se llega a la iglesia, al oeste de la ciudad…
Alesund es uno de los puertos donde para el Hurtigruten. Originariamente, este barco era el barco del correo y recorre cerca de 2.700 kilómetros de costa noruega. Actualmente, además, viajan pasajeros entre ciudades o todo el recorrido, por placer. La línea entre las localidades de Bergen y Kirkenes tarda seis días y medio en completarse.
Mientras visito Alesund, pienso que ese viaje en el Hurtigurten sí estaría bien hacerlo…
Fin del paseo… es verdad que por las calles no se ven muchos noruegos. Vivir viven… pero ¿dónde se meten?
Cae la noche… o eso parece…
Subo corriendo al mirador… una puesta de sol allí bien lo merece…
Al menos, volver a ver la ciudad y los lugares que has recorrido vale la pena…
Pero aparecen nubes en el horizonte que esconden al sol en su ocaso… ¡Ooh!
Y además, ya son las doce de la noche y todavía no se decide a oscurecer del todo…
Toca retirada… al fin y al cabo, esta es la ciudad más al norte de todo el tour y, aunque se haga de noche en algún momento, le cuesta… Mañana, a Oslo.
Ver el sexto día: De Alesund a Oslo
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